Ayer, a la hora del cierre en el periódico-que-etc., teníamos pocas fotos de los atentados en Bombay, o Mumbai, o como se diga. Como siempre, estaba bastante claro cuál era la elección buena de entre todo el material recibido. Casi siempre hay una foto buena (a lo sumo, dos), y casi siempre coincidimos con ella muchos periódicos. Es una historia habitual.
Mi tema de hoy es otro. La agencia Reuters nos proporcionó una foto de la estación de Bombay que tenía un enorme charco de sangre (¿y carne?) en primer plano. A la hora de ponerla en página, decidimos encuadrar la imagen para ocultarlo. A mí me parecía innecesariamente morboso resaltar el detalle en una escena que ya resultaba suficientemente impactante. Además, por la propia estructura de la imagen, el charco quitaba protagonismo a lo que me parecía que tenía que ser el centro de impacto visual de la imagen: las dos figuras de espaldas.
Ahora bien, esta mañana me he encontrado con que el resto de los periódicos usan la foto tal cual, con su sangre y sus vísceras. Y ahora no tengo claro si prescindir del charco fue un detalle de buen gusto, de respeto por el lector y las víctimas o, por el contrario, una actitud periodísticamente timorata. No consigo decidirme entre las dos opciones teóricas: «Abusar de las fotos sangrientas acaba por insensibilizarnos ante la violencia» o «Recortar las fotos para evitar impactos desagradables es, simplemente, hurtar al lector una información real y necestaria».
comentarios (21)
Me gusta más vuestro corte. Además, si te fijas bien, sólo vosotros habeis podido titular dentro de la foto, mientra que a los demás, los despojos les han molestado de tal forma que no han podido hacer nada dentro de la foto.
Tal vez resultaba «innecesariamente agresiva» la imagen de lo que ocurrió realmente. Las cosas son como son, hay que llamar a las cosas por su nombre, y a veces mostrarlo.
Otro saludo
Creo que en este caso, quitar la sangre del primer plano es quitarle información al lector y dramatismo a la foto. No es una cuestión de carnaza, es que si no la mostramos, estamos suavizando el mensaje. Lo de ayer fue una barbaridad y la sangre de la foto nos lo está contando con toda crudeza. Un saludo y enhorabuena por tu blog.
Me parece que hicisteis una buena elección. The Times es el diario que puso una foto de De Juana como mártir, no es para nada un ejemplo a seguir. El resto de diarios españoles no tienen personalidad, imitan al New York Times los que pueden y punto, así que para qué tomarlos como ejemplos.
Entendiendo todos los reparos que expresas tú mismo, yo creo que no hubiera sabido sustraerme a la tentación de la tremenda mancha de sangre. Por eso, te felicito por ese instante de reflexión. Y enhorabuena por Público, que es lo mejor que ha pasado en la prensa española en los últimos tiempos.
El fotógrafo, que fué el que estuvo en la escena, decidió hacer la foto como nos ha llegado cumpliendo con su labor periodística y cualquier manipulación es variar la realidad, que de acuerdo es tan dura como la vida misma. Alucino que un diario que va de progre y moderno como El Publico haga estas cosas que en otros tiempos se hubiera llamado censura. Hay que ver como nos volvemos de refinados, tomando decisiones desde nuestros cómodos sofas variando la realidad para pintar un mundo de color de rosa.
Las guerras proporcionan a los fotógrafos imágenes llenas de horror, sangre y vísceras. Imágenes terribles que nunca, nunca, acaban publicándose. Y por elección de los propios fotógrafos. O sea, que la realidad que nos llega a través de los fotógrafos ya es una realidad editada, «manipulada», según tu criterio. Yo… no lo comparto: en esas imágenes «descartadas» lo macabro acaba sobrepasando a lo informativo.
Yo tengo cierto pudor a la hora de publicar imágenes de sangre y entraña. Pero no porque tema ofender a un amable lector bienpensante. Sólo porque no tengo muy claro donde está el límite entre morbo y periodismo. Sinceramente: no lo tengo claro. Y, mientras no lo tenga claro, prefiero quedarme corto a pasarme de rosca.
De ahí a que estemos ante una actitud de «censura», o a que pretenda pintar un mundo «de color de rosa» hay un trecho bastante ancho.
Pero, vaya, podría estar equivocado…
Pero, hombre, cómo va a ser morboso mostrar la sangre producida en un terrible atentado terrorista con decenas de muertos tiroteados. Las cosas son como son, te decía antes, y los periodistas tienen que contarlas como son… no como nos gustaría que fuesen. Es posible que todos los demás periódicos nos equivocásemos a la vez… pero tengo la impresión de que calar un título «tapando» información puede tener justificación desde el diseño pero no desde el periodismo. Si quitas la mancha de sangre esa foto puede ilustrar cualquier cosa, hasta una huelga de limpieza si me apuras, pero si no la «editas», si no eliminas elementos, entonces sólo ilustra, de manera magistral además, lo que sucedió de verdad.
Un saludo y enhorabuena por animar una vez más el debate y por el blog
Casi siempre estoy a favor de no mostrar lo obsceno. En este caso no, porque con vuestro encuadre no se ve la tragedia.
Quizá la norma pueda ser ésta: Demos la información, evitemos lo obsceno.
«enhorabuena por animar una vez más el debate y por el blog»…totalmente de acuerdo.
Realmente te has pasado con el reencuadre de la foto, le has dado una vision que no es la real (parece que sea una pareja paseando por algún aeropuerto en huelga)has eliminado la fuerza que tenia la foto y con ello información.
Resumiendo…. las has capado chaval
Vaya… Me estáis zurrando bastante. Eso me pasa por mostrar mis vergüenzas en público… digo, en Público.
En mi defensa, diré que en la foto hay más sangre, aparte de la de la parte inferior, y suficiente caos como para que el escenario sin los dos charcos de la discordia siga siendo suficientemente violento, trágico.
Aunque está claro que el primer plano define un escenario mucho más violento que el que representa la foto sin encuadrar. Pero sigo con mis dudas de si es absolutamente necesario mostrar esa violencia crudamente. ¿Añade información realmente necesaria?
Yo, y mi complejo de Hamlet del diseño gráfico… Pero, vaya, que conste que en ningún momento ha habido en esa portada ninguna intención consciente de deformar la información y hacerla más ‘light’.
Es difícil hacer más digerible una foto llena de sangre y caos cuando calas en ella un titular que incluye la palabra «masacre».
Gracias a todos por aportar contenido a este post.
A mi la verdad es que la portada de El País me resultó demasiado desagradable.
Muy interesante la reflexión que invitas a hacer, y yo, sinceramente, no sé de qué lado ponerme…
Sólo digo que hay gente que se la coge, para ir al váter, con papel de fumar. Me parece un debate estéril, un encuadre u otro, cuando está presente el dolor y la muerte de tanta gente.
La sangre incomoda, la carne también, el color más aún ¿Vale cualquier «manipulación»? Variaciones en portadas internacionales de una misma foto del 11M y sus distintas soluciones: encuadre, tapado con tipografía, desaturación, clonado de piedras, etc. Animación del Poynter:
http://www.tiscar.com/wp-content/uploads/2008/06/fotografia11m.swf
Buena elección.
Saludos desde Polonia
Mi (humilde) opinión es que 1º> plantear este tema es sumamente interesante. Se supone que los lectores de este blog nos interesa hasta el mínimo detalle del periodismo. Y en lavida de una redacción es así. Otra cosa es el lector general. Si existen miles y miles de páginas en manuales explicando cosas como ‘manchetas’, ‘orejas’ y filetes (y si deben ser grises, negras, de colorines…) ¡cómo no debatir sobre la imagen de portada de un diario!
2º>Mi (humilde) opinión sobre el ‘corte’ es… negativa. Es un sesgo de la realidad. Eso sí, dejó espacio para otra información importante.
Yo veo sensibilidad en el recorte que usaron en Público.
Y humanidad en medio del horror. Todos se centran en las manchas de sangre y vísceras; Público muestra la solidaridad y ayuda del joven a la anciana en medio de ese caos.
Y ese rasgo es lo que convierte a esa portada en diferente, más balanceada y menos sensacionalista, por más horror que haya detrás (y debajo, literalmente hablando).
De acuerdo con tu elección.
¿Ya no alcanza para hacernos una idea de tragedia que se diga que hubo doscientos muertos? Si no alcanza, entonces ¿donde se pone el límite?
Si en un choque muere toda una familia, y me muestran una foto del auto convertido en un amasijo de hierros retorcidos, puedo imaginarme como habrán quedado sus ocupantes; no necesito de una fotografía para saber que se trata de una tragedia.
Por lo demás, felicito por proponer este tipo de debates, tan necesario por cierto.
Sin lugar a dudas, prefiero el corte que hicisteis para Público. ¿Es necesario ver esa carnicería? ¿No defendemos tanto los derechos de los niños ante imágenes violentas en tantas otras situaciones? ¿No son suficientes las elevadísimas cantidades de muertos y heridos para hacernos a la idea? Un saludo.
Mi opinión, la imagen que se ve en el periódico EL PAÍS es la más
realista e impactante. Es necesario que nos concienciemos de las
atrocidades que se cometen en el mundo con el pretexto de la religión
e ideología política.
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