Puede, admitámoslo, que la generalidad de los lectores españoles lo sean de vuelo corto. Existe, sin embargo, un público no-tan-minoritario que disfruta con las piezas de gran formato, y que no encuentra en el quiosco publicaciones que den consuelo a su gusto por la palabra en largo. El dogma «en España no se lee» ha hecho desaparecer casi por completo de las revistas comerciales el mundo de los grandes reportajes, los extensos perfiles o las entrevistas en profundidad. Una pena.
Dos publicaciones salidas en los últimos tiempos –aisladas, minoritarias pero significativas–, acuden al auxilio de ese público lector.
Hace unos meses, y tras mucho bombo internetero, nació Orsai. Es una magnífica iniciativa del escritor Hernán Casciari; sus escritos, de forma muy personal, vertebran la revista. Aunque las ilustraciones y los textos están cuidados con mimo, la puesta en página es deliberadamente plana, insípida; una ocasión perdida para el diseño.
El Estado Mental, la publicación que nos ocupa, sí ha cuidado que su aspecto gráfico (sin dejar de rendir pleitesía al texto) tenga bonitos detalles de diseño. Es un tocho de 300 páginas que incluye sorpresas en forma de cómic, fotonovelas o ensayos fotográficos.
Se define a sí misma como «acción artística colectiva en formato de revista física que tiene como objeto la revisión apacible del espíritu de la época». Un lema algo pedante, en fin. Hay un regusto a desmesurado happening artístico colectivo que desemboca en una enorme pero irregular acumulación de propuestas. ¿Le resta mérito? Pues no sé: hay tanto donde elegir que es difícil no encontrar cosas de interés.
La revista se ideó a finales de 2009 y se ha ido elaborando a lo largo de 2010. Sin prisas.
Echen un ojo.
comentarios (10)
Tiene muy buena pinta.
El que no se lee no es un dogma, es una realidad sociológica. El que ahora se lee más que nunca en la historia, un hecho (basta recordar los índices de alfabetización hace 50 o 100 años). Decir que no se lee y que se lee como nunca es una contradicción pero no veo otra manera de expresarlo. Sentir pena por la pérdida de «grandes reportajes, los extensos perfiles o las entrevistas en profundidad» como si antes fuese eso lo que predominase en los kioskos es hipócrita y no tiene sentido. La pena sería que quien quiere ese tipo de cosas no pudiesen conseguirlas quienes están interesados en ellas pero, al menos en España, estamos muy lejos de que eso ocurra. Encabezar con un «puede» el indiscutible vuelo corto de la mayor parte de la gente indica claramente en qué lado de la trinchera está Diego y lo mucho que costaría sacarle de ahí si alguien lo intentase…
…una pena.
Rafael,
Hay más gente que sabe leer, pero hay menos gente que disfruta con el periodismo de largo recorrido. Eso es un hecho. La cuestión es que sí hay gente que lo hace: una minoría que no sé si crece o disminuye, pero que está ahí, y que no tiene productos editoriales a los que echar mano (fuera de los muy minoritarios). Aquí no existe ninguna publicación no ya equivalente, es que ni parecida a The New Yorker, The Economist, The Spectator, The New Republic, Der Spiegel, Die Zeit…
Y, vaya, no sé en qué lado de la trinchera estoy. Pero sospecho que crees que estoy en el lado equivocado.
Pero gracias.
Llevas razón, aquí en los kioscos no llegamos al nivel de The Economist o Der Spiegel pero nos queda internet. Sea como sea, el unico caso que recuerdo ahora de publicación de calidad con «réplica» en español es el Times Literary Supplement y Revista de Libros. El que no tengamos nuestro propio The Economist o que las 20 o 30 últimas páginas de Der Spiegel valgan más como publicación que cualquier revista parecida que tengamos por aquí vendría a darte la razón. No obstante, buena parte de los libros «sesudos» pueden leerse también, si se quiere, como artículos periodísticos. ¿Una buena biografía no es también una especie de excelente entrevista en profundidad? ¿Un libro de viajes no es a su manera un extenso reportaje? La gente de vuelo largo tiene todo eso a su alcance aquí y cuando escribí mi comentario estaba pensando en esto también.
En cuanto a lo de la trinchera me puse muy dramático… en realidad no era para tanto.
Termino con una petición. Tus lectores serán de muchos tipos pero yo en particular pertenezco al grupo de los que no tienen una mirada tan bien educada como la tuya y quieren aprender a ver mejor. Agradezco los links semanales, las citas, lo nuevo que vaya saliendo por ahí… porque con ellos también se aprende pero echo de menos más entradas como la de «courier international y las letras redonditas». Creo que solo con ellas se consiguen blogs más «Der-spiegel» y menos «de-vuelo-corto». Después de todo, esta página web también es una publicación española, ¿o no?
Un abrazo y gracias por tu blog.
Personalmnte creo que Rafael tiene razón en todo su comentario, aunque yo te pediria que fueras mas lejos y comentaras también revistas y diarios de ambito más comercial y nos dieras tu opinion sobre el diario Que!, la revista salvame o incluso sobre los catalagos del Media Market, porque ese es el diseño grafico que nos odea cada dia, y para mé resulta muy interesante poderlo analizar desde el punto de vista de un dissenñador como tú, Muchas Gracias; Miquel.
PD. Me leí la revista esta y es un autentico coñazo, tanto en temas como en disseño. Gracias :)
Bueno… Me encantaría hacer más post de análisis, pero mi tiempo es el que es… ¡Gracias por animarme a hacerlo!
Efectivamente Miquel, podría ser muy interesante el posible comentario de Diego sobre esas otras publicaciones pero me pregunto si puede ir mucho más allá del «mira, así se hace la publicidad y el periodismo barato hoy en día». Los colorines y las letras gigantes están ahí a la vista de cualquiera.
Vivo en Getxo(Bizkaia).¿Donde puedo conseguir «El estado mental» nº 1, que habéis sacado ya en Madrid?.
Exito y larga vida.
Carmen
Yo vivo en Barcelona y también la quiero comprar, no la he encontrado ni en Fnac ni en el corte inglés…
Os invito a que saboreéis este «tocho» de 300 páginas muy, muy despacito. No tiene desperdicio; el mensaje penetra desde la primera página…
Rosa