La edición española de Rolling Stone estrenó una elegante puesta en página hace unas semanas.

Ya saben lo legendaria que es esta cabecera, con una veintena de ediciones por todo el mundo, su contribución a la historia del periodismo, a la historia del diseño, etcétera. En los años ochenta y noventa, y bajo la dirección gráfica de Fred Woodward, la edición americana de RS marcó un nuevo máximo nivel a todo el quiosco a base de páginas llenas de filetes y refinados juegos tipográficos. Es una herencia enorme.

En nuestro país, la revista es más musical y estilosa, y menos política, que en la edición americana. Y el formato más grande. El nuevo diseño ha limpiado los recursos gráficos y ha dejado una enorme cantidad de blancos por todas las páginas. Resulta bastante equilibrado, elegante.

La tipografía que reina en la revista es Farnham, de Christian Schwartz. Es una tipo fantástica y versátil, elegante en sus pesos más finos, brutal y energética en los más potentes. Ya saben que soy muy de contar mis batallas, así que les diré que para mi primer diseño-propiamente-dicho, el de la revista MAN, me entregué a Farnham y fui muy feliz (tipográficamente hablando, quiero decir).

En palabras de Amaya Rodríguez del Real –como directora creativa, ha llevado el rediseño junto a Eduardo Cano, director de arte–, lo más importante del nuevo diseño era «la tranquilidad, darle importancia máxima a las fotos. Para eso somos Rolling. Queríamos dejar un poco de lado las aperturas historiadas y a veces histriónicas que hemos hecho durante mucho tiempo».

Un detalle curioso: el nuevo diseño ha modificado los valores del «rojo rolling». Ahora es más alegre (0/90/100/0) frente al un poquito más oscuro y serio rojo original de la edición americana (0/100/100/10).