Que ya lo vengo diciendo: si me muero, quiero reencarnarme en las llemas de los dedos de Herb Lubalin, aquel diseñador genial y daltónico cuya finura tipográfica –pirotécnica y recargada a veces, exquisita siempre– marcó gran parte del diseño de la segunda mitad del siglo XX. Su estilo está volviendo, además.

Por eso me hace feliz que se edite un libro-homenaje a todo lujo. No es barato, ciertamente: 55 libras, si se reserva antes del lanzamiento en julio. Detrás del asunto está Unit Editions y el diseñador/escritor Adrian Shaughnessy, que prometen 450 páginas, un texto cuidadoso y –lo importante– muchas imágenes.

En fin: la edición está limitada a 3.000 copias. Si son frikigráficos y quieren hacer el desembolso, apresúrense.