Hoy son las elecciones en EE UU, y quiera el destino que Donald Trump pierda por mucho. Este señor es racista, machista, mentiroso y, probablemente, aprendiz de tirano. Ahora bien: el personaje tiene tanto tirón que siempre da para buenas portadas.
Las hay que asustan, como la de The Washington Post Magazine. Las hay satíricas, como cualquiera de The New Yorker. Crueles, como la de New York. Las hay que sueñan con un Trump que se pierde como un globo, o se derrite (The New York Times Magazine y Time). Y las hay bastante descriptivas, como las de Adbusters o Letras Libres.
Empecemos por la que probablemente sea la mejor de todas ellas, obra de Javier Jaén para De Volkskrant. Al final de la serie, la doble portada que Spy le dedicó allá por 1998: empezaba como un homenaje, pero luego ya se veía que Trump todo lo rompe (incluso el código de barras). Aquí está todo aquel número, enterito.
Y un bonus: así se despide Time de la campaña presidencial.
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