El resumen sería que voy a intentar resucitar Quintatinta de esta parálisis en la que ha estado abandonada desde hace unos meses.
Van a cumplirse dos años desde que despegué de Madrid rumbo a México, enviado a trabajar en el rediseño de las revistas de Condé Nast. Aterricé en el D.F. con una maleta llena de sueños con muchas ganas de diseñar cosas, y di cumplida cuenta a esas ganas. Como pueden ver en mi web, tuve la oportunidad (y el gusto) de trabajar en Vanity Fair, Vogue, AD, GQ y Glamour. Diseñar para semejantes cabeceras es un privilegio que no podré agradecer lo suficiente. Y, en un tono personal, vivir en México es una experiencia muy recomendable. Qué ciudad y qué país turbulentos, sorprendentes y maravillosos.
En fin: el caso es que hace poco más de tres meses terminó mi aventura chilanga y aterricé de vuelta en Madrid. Desde entonces, la-revista-que-me-da-de-comer ha sido El País Semanal. Voy de privilegio en privilegio, porque doy palmas con las orejas por ser director de Arte en una cabecera con tanta historia y tanto nombre.
Poco antes de mi llegada, la revista estrenó una nueva fórmula editorial creada con la consultoría de Alfredo Triviño, responsable de la presencia gráfica de titanes del periodismo como The Sunday Times o Abc. Confesión: llevo muchos años trabajando en revistas que yo mismo he diseñado, y está siendo muy, muy interesante ponerme manos a la obra en una maqueta ajena. No sé otros diseñadores, pero yo he ido desarrollando manías hábitos propios, y me hace feliz intentar (poco a poco) adaptarme a los hábitos ajenos.
Datos tipográficos: la revista está diseñada casi enteramente en Madrid, la tipografía diseñada para El País por Matthew Carter hace unos cuantos años. Es una letra pensada para el periódico, robusta y noticiosa. Pero respira elegancia cuando se usa en tamaños grandes. La sobriedad tipográfica está compensada con capitulares en Austin, y pequeños toques de Founders Grotesk.
En fin: les presento unas cuantas maquetas de los últimos meses del EPS. Para que vean que no he estado ocioso…
comentarios (2)
Fantástico trabajo, Diego. Y bienvenido de nuevo, echaba de menos Quintatinta.
Un abrazo
Diego, aprovecho la oportunidad y te pregunto: ¿qué pasó con el rediseño del estudio Solo?