Aunque ya he vuelto a mi puesto en el mundo del Sixaxis y el píxel, me he pasado las semanas del cambio de año remaquetando una veterana revista de actualidad. [El proyecto está en stand-by, así que ya hablaremos de él otro día.]
Para documentarme, he buceado en revistas de información general de aquende y allende, y una de mis conclusiones es que los políticos españoles no posan para las fotos. No cuidan el material gráfico. Son unos dejados, vaya.
En los últimos años, sólo recuerdo la sesión de fotos que las ministras concedieron al Vogue, y el escándalo de después. Y punto final. En los medios de información pura y dura es extrañísimo ver una buena foto, de las de iluminación, producción y maquillaje, con alguno de nuestros próceres públicos. Cierto es que nuestras revistas de información general no cuentan con los medios de Time o Stern, pero anda que no hay revistas mensuales y suplementos.
Sólo hay una honrosa excepción: la tradicional «foto de conjunto» de los cabeza de lista catalanes, publicada en portada por La Vanguardia la víspera de cada elección, y creada por Pedro Madueño.
No sé si es un problema de que las autoridades no se prestan o de que los medios no se lo proponemos, pero lo cierto es que por estos lares lo de posar y cuidar la imagen se considera algo un poco vergonzoso, o una pérdida de tiempo. Y, claro, el resultado tiende a lo cutre. No hay más que ver las imágenes distribuídas por la Casa Real para celebrar el cuarenta cumpleaños del Príncipe: mientras Isabel II recurrió, en su día, a Annie Leibovitz, Felipe cuenta con un fotógrafo de la agencia EFE (que no es lo mismo, con todos mis respetos).
Estados Unidos, como se ve en las portadas de aquí abajo, los políticos no se cortan a la hora de posar, y posar bien, para fotógrafos de estudio. Y consiguen así portadas de antología. Consiguen fortalecer su imagen, construirse una iconografía personal, transmitir mensajes. Y, supongo, consiguen votos.
[Sobre este tema, un interesante post de Ángel Casaña, redactor jefe de fotografía de El Mundo, en su blog La Foto: ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?]
comentarios (3)
Vaya pilladón!
¿existe la realidad?
¿Ha dicho algo Le Monde?
Los vinculos medios-tendencias políticas son evidentes.
La pareja del césar no sólo debe ser honrado, sino parecerlo
trackbacks