Allá donde doy una charla, siempre suelto el discurso de que los diseños de revistas, de periódicos y de libros son permeables entre sí, y que se contagian en uno y otro sentido. Se editan periódicos que parecen revistas, se publican revistas que juegan a imprimirse como periódicos. Es lo que hay.

Das Buch als Magazin –literalmente, «El libro como revista», un nombre que no se esconde en sutilezas– es un ejemplo fantástico de cómo la forma de tratar el contenido de una revista puede adaptarse a la hora de presentar un largo texto literario.

En su primer número, Das Buch se atreve con ‘La Metamorfosis’, un clásico de Franz Kafka que viene al pelo a la hora de inaugurar un libro transformado en otra cosa.

La fórmula es sencilla: primero, el texto de Kafka presentado con pequeños recuadros de apoyo y un cuidado acompañamiento fotográfico. Después, el periodismo: reportajes con historias de la vida cotidiana relacionadas o inspiradas por el libro.

Lo que más me ha gustado: que se vende en las librerías selectas y, también, en estaciones de tren y aeropuertos. Una bonita opción de márketing, porque no imagino un público más afin a este proyecto que el que va a emprender un largo viaje y busca una lectura dinámica para acompañarse.

La locura de despidos y cierres que devastan la prensa española tiene como derivada una ola de pequeños lanzamientos editoriales impulsados por los periodistas y diseñadores previamente enviados al paro. Una derivada afortunada porque, en fin, la angustia del desempleo se acompaña de la libertad de criterio que proporciona no tener jefes, y los nuevos títulos que llegan al quiosco –por ejemplo los impulsados por ex trabajadores de Público, que conozco mejor por tratarse de compañeros– se salen un poco de aquello a lo que estamos acostumbrados.

Esta seman ha nacido Alternativas Económicas, una revista mensual dedicada a la divulgación de los asuntos del dinero y que está impulsada por veteranos periodistas de El País, Público, El periódico… La redacción y algunos socios han formado una cooperativa que espera consolidar el proyecto a través de suscripciones.

El diseño es sólido y práctico. Sin pirotecnias, con una pulcritud que se agradece. Las tipografías, tratadas refinadamente, son Acta y Solido, de DS Type.

Unas páginas de este recomendable proyecto.

Cookbook es, en palabras de sus creadores, una revista «cocinada a fuego lento». Parte de una idea sencilla: los editores eligen un artista que decide el contenido, la tipografía, el color… basándose en sus preferencias personales. El resultado es un retrato personal de gustos y opiniones: los ingredientes «que han llevado al protagonista a conseguir su receta, su obra».

El primer número está dedicado a mayor gloria de Ricardo Cavolo, un ilustrador que les recomiendo. El envoltorio está cuidado con mimo. Algunas de las ilustraciones (la dedicada a El Padrino, el homenaje a Saul Bass vestido de tela vaquera…) son buenas, buenas. Aquí, unas páginas:

Miguel Naranjo, director del proyecto, responde a tres preguntas:

¿Qué os llevó a lanzar esta revista?
La necesidad de crear un proyecto personal, algo en lo que puedas hacer realmente lo que te apetece sin aguantar los cambios que te pide un cliente, la posibilidad de trabajar con amigos y de conocer a gente. Por otra parte, está la era digital. En ella todo es efimero y desaparece: por eso decidimos sacar una publicación en papel. Una revista es un objeto, algo físico y, si quieres, te puede durar toda la vida.

¿Qué objetivos os habéis marcado? En periodicidad, financiación…
No nos hemos marcado objetivos concretos, la verdad. La idea ha sido sacar la revista y ver cómo se desarrolla todo y cómo evoluciona. De momento parece que está  yendo bastante guay. Por falta de tiempo y dinero, sacaremos un número al año.

¿Por qué inaugurarla con Ricardo Cavolo?
Siempre me ha gustado todo lo que hace Ricardo. Tenemos amigos en común que me ofrecieron proponérselo, y me pareció genial. Me puse en contacto con él, le moló la idea y nos pusimos con ello. Es un placer trabajar con él.

Tenía pendiente enseñarles unas cuantas páginas de La Marea, el periódico/revista mensual de la cooperativa MásPúblico. Ya saben: los ex-empleados del diario que intentaron comprar la cabecera –a subasta en concurso de acreedores– para mantener su espíritu editorial y que fueron burlados por el dueño del periódico, Jaume Roures, convertido en un avieso malo-de-la-película.

Diseñado por Asier Barrio y Erica Takenouchi, que fueron jefes de maquetación en Público, este mensual de información llegó a los quioscos a finales de año. Gráficamente, está emparentado con aquel periódico y con otros diseños estilo Cases i Associats. Pero no del todo. La Marea se labra una personalidad gráfica distanciada con, por ejemplo, un uso muy moderado de los filetes (sutituidos por blancos generosos).

Dos rasgos de la maqueta de La Marea me han interesado especialmente. Por un lado, una estructura de (según mis cálculos) ocho columnas que permiten mucha flexibilidad a la hora de jugar con los anchos de los textos y los espacios para separar y respirar. Un acierto.

Y otro: la tipografía Barna Stencil, de Andreu Balius, que brilla en los titulares. Las letras estarcidas son una apuesta un tanto arriesgada, pero funcionan, y aportan un toque graffiti muy interesante en un medio reivindicativo como este.

Más tipografías: Prelo Slab, de Dino Dos Santos, y FF Olsen, de Morten Rostgaard.

En fin: que les guste. ¡Compren y prueben!

El diario barcelonés Ara ha lanzado P | L | A | Y, un nuevo suplemento-agenda del viernes. Este tipo de revistas tienen peligro: están obligadas a recoger una cantidad de información que casi siempre las desborda, y es un reto para el diseñador vertebrar semejante cantidad de contenidos sin que se deslice el conjunto a una ensalada de recuadros y recuadritos.

P | L | A | Y  tiene un logo que funciona, y la selección tipográfica –Leitura para las cabeceras, Verlag para los titulares y Chronicle para los textos– resulta versátil y elegante. Mi página preferida es esta doble entrevista:

Y la portada inaugural, con una ilustración de Paula Bonet, explora un camino diferente al de las portadas que se ven en estos suplementos. Mantiene el tipo frente a la decana de estas cosas, Metrópoli.

Echo de menos alguna página más limpia que rompa el ritmo, pero entiendo que la paginación del suplemento es pequeñita y en estos casos el centímetro cuadrado de papel se cotiza al alza. Eso sí: las maquetas están llenas de detalles creados con mimo, y se agradece esa atención a lo pequeño. El diseño es de Ricard Marfà, y la directora de arte del diario es Cristina Córdoba. Les ha quedado bonito.

El próximo viernes 21 nace al quiosco La Marea, una nueva publicación mensual que hereda algo del espíritu (y parte de la redacción) del extindo diario Público (que-me-dio-de-comer).

La Marea es el nombre de batalla del proyecto MásPúblico, nacido como una cooperativa de lectores y trabajadores que pretendía comprar la cabecera de Público durante el proceso de concurso de acreedores en el que acabó la edición impresa del periódico. Aquello no pudo ser y… Bueno, el caso es que el gran Bernardo Vergara cuenta la historia mucho mejor que yo. [Si hacen click, se abre el pdf en el enlace original.]

Ponytale Stories es una nueva revista que, en sus propias palabras, «explora lo femenino a través del arte, la música y la moda». Andrea Ferrer, su editora, hace con ella honor a su declaración «ser lesbiana es mucho más cool que ser hetero».

Editada dos veces al año, puede comprarse en Ivorypress (Madrid) y en el Macba (Barcelona), pero también en París, Londres, Berlín, Nueva York, Los Ángeles, Sidney y Seul. Su chica de portada en este número inaugural es Elena Anaya. Y el resultado es una publicación sorprendente, con un tono de diseño lleno de color, festivo y macarra.

Y como en este blog somos así de industriosos, le hemos planteado unas preguntas a Andrea Ferrer para que sea ella la que nos escriba el post. Más maja… ¡Gracias!

¿A qué tipo de público se dirige la revista?
Principalmente el público al que se dirige son chicas que buscan chicas y chicas que buscan un contenido divertido lejos de lo que el resto de revistas femeninas ofrecen. También hay muchos hombres que son acerrimos seguidores, me imagino que será por el contenido

El tono de diseño de la revista es exagerado y lleno de color. Me da la sensación de que habéis invertido mucho tiempo en conseguir un aspecto desaliñado. ¿Cómo se relaciona la idea de revista con ese diseño? ¿Hasta qué punto Ponytale funcionaría con un diseño más refinado?
Pues exactamente el diseño nos llevo dos meses. En algunos momentos se hizo un poco duro porque no sabíamos si llegaríamos a dar con la fórmula. La idea de la revista va completamente implícita al contenido. El contenido es muy «trash» y el diseño es una oda a la publicidad de los años 90. El concepto «basura blanca» esta por todos partes en la revista.
Refinarla es uno de lo retos que tenemos en proyecto, pero siempre jugando con elementos nuevos: papel, plásticos, barnices… Cosas con las que sorprender al lector. Nuestra intención no es hacer otra revista más en lo que a diseño se refiere, porque creo que para eso ya hay muchas y mejores que la nuestra. La idea es seguir haciendo cosas diferentes pero con un estilo más madurado.

¿Tenéis algún referente gráfico en otras publicaciones?
Por supuesto. Nos encantan Baron & Baron y Mike Salisbury, que ha sido uno de los mejores directores de arte de los años 90 en Hollywood: creó que el logo de Parque Jurásico. Mirko Borsche nos parece también un tío que esta súper loco y que no para de crear cosas maravillosas.

Ponytale es una de las pequeñas aventuras editoriales que están floreciendo con un éxito y una vida opuestos al declive de los grandes medios impresos. ¿Os sentís parte de una corriente de medios independientes? ¿De dónde crees que nace esta pasión creciente por las pequeñas revistas?
Sabes que eres independiente cuando día a día, con tú pequeño equipo, tienes que luchar y pelear por cada paso que das. Aquí no hay un grupo editorial detrás, ni un horario de oficina. Esto es full time, siete días a la semana. Pero luego tienes tu recompensa cuando la gente te escribe y te dice que le encanta la revista, y te anima a seguir adelante. Estamos en un momento en que la gente tiene mucho que expresar: la crisis, aparte del declive económico, trae un despertar cultural. Y, además, las nuevas tecnologías están ayudando a crear cosas que antes hubieran sido imposibles porque no había información al respecto.

Carine Roitfeld es una periodista y estilista con toda la influencia que se puede tener en el mundo de la moda. Dirigió la edición francesa de Vogue durante diez años, de 2001 a 2011, con Fabien Baron como diseñador. Si la edición americana es la biblia industrial de la moda, la francesa tiene acumula prestigio y glamour, y marca tendencia.

Durante esos años, Roitfeld se hizo famosa por llenar su revista de polémicas editoriales de moda: todo muy sexual, arriesgado. Ganas de escandalizar…

En fin: hace unas semanas lanzó su propia revista/libraco, CR Fashion Book. Aquí van unas cuantas páginas, por si les interesa echar un ojo.

El primer número tiene dos portadas fotografiadas por Bruce Weber. El tema: Renacer.

Perdiz es una nueva revista trimestral que quiere hablar de las cosas que hacen feliz a la gente. Ya saben: en el supuesto ocaso de la prensa impresa (valga la redudancia) nacen muchas publicaciones independientes y originales. Y mola.

El diseño sigue la tendencia moderniki de la restricción cromática y tipográfica, las tramas, el equilibrio. Tiene su propia personalidad, por supuesto, un poco heredera del espíritu generado por publicaciones como Apartamento y otras de Folch Studio. No es una crítica: conseguir el equilibrio entre la simplicidad y la falta de estilo no resulta fácil, y Perdiz maneja sus recursos gráficos con acierto. Algunos elementos (la cabecera estampada, la encuadernación cosida) celebran alegremente la cualidad «tocable» de lo impreso.

Otra cosa: tiene un ritmo de secciones que funciona, y una estructura comprensible. Les confieso que ante algunas publicaciones alternativas me encuentro perdido y preguntándome «de qué va esto», como si me contaran un chiste privado que no comprendo. No es el caso: Perdiz está construida de forma inteligible, no ahorra pistas al lector para que sepa en todo momento de qué va lo que lee.

Temas y contenido: podrán ustedes leer la historia un señor boliviano que se ha inventado un museo de escultura a 4.000 metros de altitud, la de una joyera tarxidermista, un fanático del ciclismo, aficionados a la colombofilia o un reportaje sobre la sonrisa nipona. Muchas sorpesas.

En fin: le he enviado unas cuantas preguntas a Marta Puigdemasa, Sra. Directora de Perdiz, que ha respondido largamente.

¿Cómo surgió el proyecto? ¿Es un impulso personal, colectivo…?
La verdad es que al inicio fue más un impulso personal. Quería hacer algo en el sector editorial que me llenara de verdad. Y eso significaba intentar luchar contra todo eso que no me gustaba del mundo, de una manera positiva y que aunara buen contenido con estética.

Un día leí una investigación publicada en el British Medical Journal que explicaba que la felicidad era una emoción contagiosa, como los bostezos en el metro, y que rodearte de gente feliz contribuía también a tu propio bienestar. Y de ahí surgió el lema de PERDIZ (“La felicidad es contagiosa”) y la idea de hacer una revista no sobre la felicidad (un concepto distinto para cada uno de nosotros), si no sobre cosas concretas y reales que hacen feliz a la gente, con la intención de que esa emoción pase de las páginas de la revista a los lectores.

¿Qué experiencia en la edición de revistas tiene el equipo?
Nos conocimos en una pequeña editorial de Barcelona que lleva unos diez años dedicándose a temas de ocio, viajes y cultura, y se ha expandido por otros países europeos. Desde allí hemos escrito, coordinado y editado libros, guías, revistas… Hace un tiempo expliqué la idea a un compañero y decidimos montar PERDIZ como proyecto independiente, simplemente porque creíamos en ello. Encontramos a unos diseñadores que se emocionaron también con la idea. Y así empezó todo.

Las historias y personajes que llenan la revista llegan de todas partes del mundo… ¿cómo funciona vuestra red de colaboradores?
La mayoría de los colaboradores del primer número son amigos o gente con la que ya hemos trabajado y que tenemos la suerte (o desgracia, ya que a algunos me gustaría tenerlos más cerca) de que están repartidos por varios países del mundo. También ha habido parte de búsqueda por internet.

La sección «Cosas bonitas» se distribuye por la revista como una selección de distintas fotos e ilustraciones a toda página. ¿Cómo seleccionáis esas imágenes? ¿De dónde salen?
Salen de muchas horas de búsqueda y captura. Son simplemente eso: cosas que nos parecen estética o conceptualmente bellas. Digo conceptualmente, porque algunas, las más figurativas, intentan transmitir un mensaje que a nosotros nos parece positivo: vínculos con la naturaleza, revalorizar la vejez, hedonismo, aprovechar todo al máximo… Pueden ser ilustraciones, fotografías, un texto o podría ser una simple palabra.

El primer número está patrocinado por Happy Pills. ¿Cómo se va a financiar la revista? ¿Publicidad, ventas? ¿Cuáles son vuestros planes de futuro?
La idea es financiar los siguientes números entre la publicidad y las ventas. No sabemos si va a poder ser, pero nos gustaría mantener la idea de hacer una tirada más o menos limitada y con un único anunciante por número. También existe la opción de complementarlo con alguna campaña de crowdfunding y financiar parte de los costes vendiendo ejemplares por adelantado. Pero lo ideal sería sobrevivir sin tener que recurrir a ello. El futuro es emocionante pero incierto. Somos un equipo pequeño, con muchas ganas pero pocos recursos económicos. Aún así, esperamos que la ilusión puesta en ello y la fuerza del proyecto en sí ganen los obstáculos monetarios y podamos hacer muchos números más.

Lección de paleontología metafórica: Mientras los dinosaurios (A) dejaban extinguirse toda su enormidad por culpa de aquel meteorito exterminador (B), se iniciaba el esplendor de los pequeños mamíferos (C), mas dinámicos y adaptados a un nuevo entorno hostil.

Aplicación al campo de este blog: (A) son los grandes medios de comunicación impresa, (B) es la llegada de internet –y la crisis–, y (C) son las pequeñas publicaciones casi de guerrilla que están naciendo últimamente. Se pillaba fácil, ¿no?

A ver: ya sé que no me van a dar el Premio Nobel de Metáforas, y supongo que cualquier paleontólogo querrá golpearme en la cabeza con un fósil de ammonites por resumir toscamente y en cinco líneas 10 millones de años de evolución. Pero lo cierto es que el quiosco de hoy vive algo así como la extinción de dinosaurios y el nacimiento de pequeñas criaturas más ágiles, diferentes.

Hablando de criaturas ágiles: esta semana ha nacido una nueva, Líbero. Es una revista de cultura y fútbol, o de la cultura del fútbol. Una forma diferente de acercarse al mundo del balompié –me encanta esa palabra, tan retro–, lleno de historias, pasión y literatura, pero que en España, con la excepción de la pionera Panenka, recibe un tratamiento forofo y tremendo.

La gente de Líbero –antiguos compañeros del diario Público, cuya redacción se está repartiendo por multitud de nuevos e interesantes proyectos editoriales– promete «atraer al aficionado al fútbol reflexiones sociales, el placer de una cuidada presentación del producto y un espacio preferente para la literatura deportiva». El primer número cumple con reportajes sorprendentes –¿la Stasi tenía un equipo de fútbol?–, entrevistas, gráficos…

Respecto a su diseño, Líbero tiene la presencia y cuerpo de revista moderniki: papel grueso, nada de brillos y olor a tinta selecta. La maqueta es en realidad un ejercicio de no-diseño, regular, repetitivo. Funciona bien porque se diferencia claramente de cualquier otra publicación, y porque es tan limpia y sólida que le da al conjunto un toque de lujo elegante.

Por otro lado, la revista tiene todas las imperfecciones de un primer número lanzado a la aventura: algunas maquetas están a falta de un pulido. Podríamos tener un apasionante rollazo debate diseñil sobre si es mejor sangrar los párrafos o separarlos con un doble retorno. Yo echo en falta alguna sorpresa gráfica añadida, pero porque supongo que soy muy dado al espectáculo. En fin: a nivel gráfico, esta revista es un punto de partida que está afortunadamente muy cerca del punto de llegada. Un buen trabajo.

El director de arte es Artur Galocha. La puesta en página de la revista, en sus palabras:

«Líbero está pensada para que su diseño sea invisible, para que toda la importancia la tengan textos y fotografías. Para ellos renuncié a los filetes y, siguiendo la máxima de Edward Tufte, a todo elemento gráfico que no tuviera un significado concreto.

La disposición en página dibuja un diseño modular que varía levemente según las secciones. Quería conseguir una sobriedad y elegancia que casase con el tono de la revista y su contenido. Quizá peque de ‘aburrida’, pero yo lo veo como una coherencia que ayuda al lector a no prestar atención a otra cosa que no sea la información.

Los textos van justificados a la izquierda para romper la uniformidad del diseño. Además, acaban donde acaban; es decir, si se quedan a media columna del final, ahí se quedan. Esto alivia la lectura (abundan los blancos) y ayuda al ajuste de los textos, dando mayor libertad al redactor. ¿Si no tiene nada más que contar, por qué va a hacerlo para llegar al final de la página?

La jerarquía de las tipografías varía según las secciones. En las dos primeras (Gradas y Hierba) manda la Univers, ya que son secciones de reportajes y entrevistas, haciendo el diseño agresivo y dinámico. En las dos secciones siguientes (Vestuarios y Actas) manda la Caslon, que hace el diseño más reposado, acorde con las tribunas y artículos de opinión de las secciones.

En cuanto a colores, se usan solo dos: el negro y el rojo (0, 70, 70, 0). El rojo, que viste además las portadas de sección y las reseñas, sirve para darle importancia a textos pequeños, despieces y pies de fotos. En este número, se usa además un verde (80, 20, 95, 15) en el especial Eurocopa.»

Artur, que escribió lo de arriba para gozo y disfrute del universo quintatintero, me ha pasado este pequeño libro de estilo gráfico. Un regalo impagable para quien tenga cierto interés en saber cómo se arma una revista.

Y aquí, unas cuantas páginas. Si quieren comprar la revista, pinchen en la web.