Qué quieren que les diga: como ocurre con todas las burbujas, la de las portadas de revista apunta someros signos de agotamiento. O igual son signos de madurez, no sé.
La calidad media de las portadas (de determinado tipo de portadas, claro) ha llegado a un nivel tal que destacar es cada vez más complicado. Y el factor sorpresa-wow-esto-es-realmente-nuevo resulta cada vez más esquivo. Así, las publicaciones de referencia en el mundo portadil (New York, New York Times Magazine, Harper’s Bazaar, Wired…) han apostado por soluciones que mantienen el espectáculo pero me resultan más limpias, más sobrias, más maduras.
No es extraño, pues, que de todas las portadas de este año las que más me han llamado la atención son las que recurren a uno de los temas más antiguos: el retrato.
Ha habido retratos realmente im-pre-sio-nan-tes durante 2015.
El más grande (literalmente) apareció en el número especial «Caminando por Nueva York» de The New York Times Magazine. Estamos tan acostumbrados al retoque fotográfico que costaba hacerse a la idea de que el artista francés JR realmente empapeló toda una plaza de la ciudad con la foto de un inmigrante. Por su parte, la presentación en sociedad de Caitlyn Jenner fue probablemente la imagen que más dio que hablar en todo el año. Por hacer una terna triunfadora: la aparición de Rihanna en Harper’s Bazaar tuvo una dosis tal de elegancia, sofisticación y peligro que me parece la mejor del año.
Más: Justin Bieber como Houdini (en Complex) es una vuelta de tuerca original para lo que viene siendo el retrato de celebridades; Nicki Minaj en The New York Times es magnética; Marilyn Manson en Paper no puede ser más inquietante. Los desnudos de Esquire son desarmantes de tan casuales, y la poesía de Joni Mitchell en New York es difícil de superar. Karl Lagerfeld tiene cierta magia en T, y Adele… ¿recién salida de la ducha? Ya sé que la naturalidad de la portada de Rolling Stone está tan trabajada como el maquillaje fluorescente de Nicky Minaj pero… ¡funciona!
Y una bola extra: puede que en realidad la portada más impresionante del año fuera el retrato (dibujado) de un profeta.
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