Estos tops de portadas son siempre injustos: ya al minuto siguiente uno se arrepiente de omisiones o presencias. Son, sin embargo, ejercicios de selección irresistibles de hacer.

En 2014 hemos disfrutado de portadas de un nivel brillante, y ha sido divertido elegir de entre lo publicado en El Portadista.

Hay, por supuesto, unos sospechosos habituales en el mundo editorial cuya calidad destaca por encima de la media. A saber: The New York Times Magazine ha creado en los últimos meses una identidad editorial renovada a base de portadas contundentes, que van alternando estilos y técnicas. Bloomberg Businessweek y su espectacularidad desacomplejada. The New Yorker, con su habitual clase y distinción. Wired, con una energía brutal. Metrópoli y su sorpresa semanal…

Luego están las revistas alternativas e independientes, que se aplican para alcanzar imágenes virales, y que arriesgan en busca de la imagen memorable…

En resumen: aquí va mi selección personal de 20 portadas que podrían ser las mejores del año: la soledad y la dignidad de Edward Snowden, la sorpresa y el trampantojo del sobre abortista, el humor de de una berenjena con ojos, la tipografía sofisticadísima de IL, el ingenio de un ombligo (y una erección), la perfección de la ilustración de Ricardo Martínez en Metrópoli, el estilo a medida de Peter Dinklage, la cara derrotada y llena de cicatrices de un Berlusconi derrotado, el escándalo de Kim Kardashian…

No están todas las que lo merecen pero a mí me gustan. ¡Disfruten!

La edición americana de la revista de viajes Condé Nast Traveler presenta en el número de enero un nuevo logotipo que sustituye al que ha encabezado la publicación durante sus 27 años de vida. Ha sido diseñado por Matt Willey, que hasta ahora era director de diseño de la revista, y que acaba de empezar como director de arte en The New York Times Magazine.

En palabras de Yolanda Guzmán, la Sra. Directora: «El nuestro es un negocio de palabras e imágenes, de nostalgia y anticipación, y siempre estamos pensando en formas de combinar esa dualidad, cómo llegar esa alquimia sutil que moldea cómo piensas y sientes acerca de un lugar. […] Somos una marca dedicada a los viajes que juega siempre entre lo excitantantemente nuevo y los placeres profundos de lo que ha sido probado y comprobado. Por eso nos pareció apropiado un logo que hiciera un guiño a lo tradicional y a lo moderno en la misma medida.»

Efectivamente, resulta más actual y a la vez un tanto «retro». Claro que lo retro es moderno, hoy en día.

Es tarea complicada juntar en la misma palabra, y de una forma gráficamente compacta, las gotas opuestas de la ‘r’ y de la ‘a’. La solución, que viene a ser un trabajo de orfebrería tipográfica, es hábil, rebuscada, curiosa. Por un lado, tiene tanta presencia corre el riesgo de llegar a su fecha de caducidad en pocos años. Por otro, desborda personalidad, y crea una marca muy reconocible en papel, en web… O en maletas, o lo que quieran vender.

Abajo, el «antes». Dos tipografías parecidas pero no iguales. Puf.

Por cierto: les recomiendo echar un ojo a esta revista: su diseño es una obra muy, muy reseñable de contención, organización de contenidos, espectáculo y elegancia.

[ACTUALIZACIÓN: Brand New ha publicado una breve reseña del logo, y apunta que el autor es Henrik Kubel.]

El diario palindrómico y catalán Ara cumplió cuatro años hace unos días. Tal como están las cosas, que un periódico nacido en el siglo XXI haya llegado a semejante edad es meritorio, casi un milagro. También es muy para alegrarse la apuesta decidida de este diario por el buen diseño, sin caer en eso de que cuando la crisis entra por la puerta, la estética de la información salta por la ventana.

En fin: para conmemorar la augusta efeméride, una portada/catálogo de algunas de sus primeras más memorables. ¡Felicitats!

Resulta que Taylor Swift ha sacado de Spotify toda su música, y el mundo ha temblado. Tanto, que dos de los semanarios más importantes han coincidido con la misma portada (que viene siendo como ir a una boda y encontrarte con tu propio vestido en otra percha).

¿La misma portada? No, claro. La de Time no deja de ser una portada impecable, impactante porque todas las miradas directas lo son, pero sin ninguna segunda lectura.

La de Bloomberg Businessweek, por otro lado, tiene intención. Mucha. No sólo cuenta con un buen titular (con bastante garra): el encuadre aquejado de gigantismo convierte lo que pudiera ser una portada sencilla y correcta en una portada inquietante, buenísima. [Aquí, el cómo-se-hizo.]

Los disturbios raciales / económicos de la villa americana de Ferguson han dado para tres portadas que definen bien lo que opina la prensa de lo ocurrido: ciudadanos que levantan las manos frente a una autoridad que da miedo. Así lo ven Time, Bloomberg Businessweek y The New Yorker.

Bonus: el fotógrafo de las dos primeras portadas es Scott Olson, detenido por la policía mientras hacía su trabajo. Y el ilustrador de la tercera, Eric Drooker, se inspiró en sus fotos.

La moraleja editorial: sigue resultando admirable la capacidad de una portada bien ejecutada para resumir en un fogonazo toda una noticia, de forma icónica y memorable.

Sin más: me desperté el domingo pensando en la posibilidad de hacer un abecedario a base de cabeceras de revistas o periódicos. Considérenlo un síntoma de mi revistofilismo.

Las letras son formas bonitas, y bautizar una publicación con un carácter grandote y solitario es una tentación a la que los diseñadores sucumbimos con entusiasmo.

Probablemente serían estas. U otras parecidas.

En esta selección hay mucho de lo que más me ha sorprendido en el quiosco durante 2013. Por ingenio periodístico o por excelencia gráfica (o por ambos).

Van de la impresionante imagen anatómica de la coreana Blink al retrato de frente/perfil del suplemento Volkskrant Magazine. Y pasan por el corazón hecho a base de zapatillas de Boston tras el atentado de su maratón, el peazo titular de Esquire, las nubes de Metrópoli, la mala leche de Howler, el laberinto que no puedo dejar de mirar de The New York Times Magazine o el impresionante recorte del retrato de Michael Bloomberg en New York. 

Y un extra: cuando nació el heredero al trono del Reino Unido, conocido como Simba (o George), se produjo un tremendo frenesí periodístico. La única publicación que lo clavó fue la veterana Private Eye. Está diseñada poco más que como si fuera un fanzine pero, en fin, no tiene rival.

La última semana del año se ha llevado por delante dos cabeceras de renombre, ambas fundadas en 1989.

Hace un par de días se anunciaba el cierre del atribulado diario La Gaceta, que empezó como un económico y acabó devenido en gloria de la ultraderecha patria. Hoy, se descubría la última portada del Magazine de El Mundo, probablemente (con permiso de Metrópoli) la revista que acumula más premios de diseño de entre todas las editadas por aquí. Excelencia gráfica en gran formato, sobre todo de la mano de Rodrigo Sánchez, su director de arte desde 1993.

No tengo muy claro con qué completará El Mundo su oferta dominical a partir de la semana que viene, y no es la primera vez que el Magazine desaparece (durante unos años fue sustituido por La Revista). Pero esta desaparición tiene el origen terrible de un periódico en reconversión y una crisis publicitaria brutal que está machacando a todos los grupos editoriales. Ah, la crisis del papel.

En fin: no deja de ser irónico el detalle de que el último Magazine esté dedicado a quienes murieron en 2013.

Hay noticias que entran en la primera página de todos los periódicos del mundo. Ya saben: estalla una guerra, se hunden las bolsas, eligen un Papa o se muere un prócer. Y dadas esas ocasiones, resulta periodística y gráficamente estimulante el ejercicio de hojear el quiosco global en busca de fórmulas o titulares originales o, por el contrario, a la caza de diarios que coinciden con la misma de entre todas las ideas posibles.

La muerte de Nelson Mandela entra, por supuesto, en esta categoría de noticias más grandes que la vida. Y las portadas están al nivel.

Me ha parecido curioso, de entre todo lo que he visto, cómo The Daily Telegraph, The Daily Mirror y The New York Times han tirado por la misma foto. Y cómo las tres primeras páginas han acabado por ser tan diferentes. Observen como el Mirror inclina levemente la imagen y consigue que la foto, todo nobleza, resulte un poco más cercana al lector.

También es interesante el caso de i y de Público. La portada del primero no llegó a la imprenta por cuestiones de la hora de cierre y se ha conocido a través de eso tan difuso que son «las redes sociales». Pero debe de haber alguna intrahistoria que explique por qué ambos diarios lisboetas han coincidido con la misma ideaca brillante.

Y más ideas, a continuación.

Con la discrección veraniega de agosto y como quien no quiere la cosa S Moda ha llegado a su número cien. Aquí van todas las portadas resumidas en una ráfaga de 20 segundos, de Sarah Jessica Parker (con foto de Gonzalo Machado) a Verónica Echegui (de Daniel Riera).

Un plas-plas para los fotógrafos de este mogollón de señoras y señores siempre célebres y estilosos: Álvaro Beamud Cortés, Pablo Zamora, Damon Baker, Satoshi Saïkusa, Daniel Riera, Gonzalo Machado, Eric Guillemain, Jonas Bresnan, Andrew Yee, Pascal Chevalier, Alan Gelati, Karl Lagerfeld, Pablo Delfos, Tiziano Magni, Stéphanne Galois, Amy Troost, Derek Kettela, Simon Emmett, Patrick Demarchelier, Kai Z Feng, Louis Christopher, Claudia Knoepfel + Stefan Indlekofer, Bèla Adler + Salvador Fresneda, Emma Tempes, Frank Malthiery, Paolo Ferrari, Tetsuharu Kubota, Steven Klein, Benoit Peverelli, Ali Mahdavi, Nico, Rankin, Robbie Fimmano, John Akehurst, Nick Knight, Alique, David Roemer, Max Vadukul, Greg Lotus, Andrew McPherson, Hilary Walsh…