Repensar un diario es un proceso largo y lleno de riesgos. Redactores y lectores establecen con su periódico una relación emocional –¿íntima?– que les lleva a recelar de cualquier cambio por el mero hecho de serlo. Modificar el diseño de sus páginas, así, puede irritar a unos y otros con pasmosa facilidad.
La Nación, que se acerca ya a los 150 años de vida, es el gran diario conservador de Argentina –algo así como Abc, pero en rentable y elegante–. Redibujar un diario así, enorme y tradicional, multiplica los riesgos. No es extraño que el equipo encargado del cambio se haya tomado casi dos años para prepararlo, y que el resultado no sea un periódico transgresor, sino un periódico-periódico. Pero bien hecho.
Visto de lejos, el periódico de ahora no es demasiado diferente al de la semana pasada. Respira un aire gráfico familiar, y dudo que los lectores se hayan asomado a sus páginas con extrañeza o desorientados. En el detalle, sin embargo, el mecanismo interno ha cambiado.
Digamos que ha sido un gatopardo a la inversa: todo sigue como estaba para que todo cambie.
Cosas que no han cambiado: el aroma de las páginas, ya digo, es clásico; guarda un gran respeto por las columnas y la masa de texto. En cuanto a las nuevas tipografías, Prumo (de Dino dos Santos), sustituye a la Bodoni empleada hasta ahora pero lo hace en su mismo estilo. Eso sí: con 92 pesos, se esparce por las páginas de La Nación sin caer en la monotonía. Sueca (de Mario Feliciano) se aplica a los textos, neutra y legible como ella sola.
En el diseño no hay espacio para las tipografías sanserif, y lo cierto es que la elegancia de sus páginas le debe mucho a la ausencias de combinaciones tipográficas mixtas. Ante lo bien armado de los títulos con Prumo, el antiguo dueto Bodoni + Taz no estaba a la altura.
Cosas que sí han cambiado: se han reorganizado las secciones, hay nueva navegación más clara, un diseño coordinado para todos los suplementos, mayor espacio para las fotos… También han aparecido unos nuevos sueltos editoriales brevísimos al final de las noticias principales; los han llamado, muy a lo cafetero, «ristrettos». Y en el apartado de fontanería gráfica, se ha introducido, por fin, el diseño modular en La Nación, que dice adiós a la arcaica y desordenada venta de publicidad por centímetros.
Una clave del rediseño es que refuerza la apuesta por nuevas formas de contar las noticias que caracteriza a este periódico desde hace tiempo (no sé si recuerdan este ejemplo de entrevista dibujada). Las aperturas de sección tienen ahora unos «balcones» reservados para el arsenal de géneros periodísticos alternativos (infografías, fotonoticias, fotocomentarios, ilustración…). Los gráficos son, abundantes, modernos y esquemáticos. Y se dejan llevar por lo plástico y festivo en ocasiones (como en la página 2 que hay ahí abajo).
En palabras de Ana Gueller, directora de Arte y responsable de todo este cambio, el nuevo diseño quiere encontra un lugar para «Historias contadas con textos, con fotos, análisis, miradas dibujadas, noticias duras, registros llenos de humor o datos de cifras elocuentes…»
Esta «Nación repensada» se ha basado en las propuestas de la Gerencia de Innovación del periódico, dirigida por Carlos Guyot, y ha contado con el apoyo y las ideas de los equipos de diseño, fotografía e ilustración. Y con el asesoramiento del estudio pamplonés Errea Comunicación del que, ya saben, este blog es bastante partidario.
Así presentaban el diseño en el propio periódico:
En fin: en su nueva etapa, La Nación se parece a un periódico de-toda-la-vida diseñado con un cuidado obsesivo por los pequeños detalles y una vocación de contar historias que se agradece. Yo diría que es un gran trabajo. Críticas: en su sobriedad, algunas páginas me resultan demasiado apagadas –no soy muy fan de la sección de opinión–. En mi tendencia a arrevistar los periódicos no me hubiera importado algún titular más dicharachero. Pero, claro, ese es mi estilo.
Otro día debatimos sobre si hacer los periódicos más arrevistados los resucita o los hunde. De momento, disfruten con algunas páginas del cuerpo principal del diario y de su suplemento Sábado (una novedad, dedicado a la información más cercana a los lectores).
[En la web de Errea Comunicación hay más páginas y más datos]
comentarios (4)
Hubiese estado bien…
Well… por lo menos el BOE original tiene un logo un poco más vistoso que el del Diario Oficial de Chile… Un lindo texto plano en Times New Roman…
http://www.anfitrion.cl/
Me parece muy buena un poco de color
Me gusto este articulo, me resulta interesante y util que nos den a conocer….Gracias por proporcionar detalles.
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