Una frase de Miguel Ángel, compuesta en Plantin.
Y esta es la entrada número 1.500 de Quintatinta. No imaginé que pudiera ser lo suficientemente pesado como para llegar a 1.500 quintatintazos. ¡Gracias por vuestra comprensión!
6 de julio de 2015
GUARDADO EN La frase del lunes
Una frase de Miguel Ángel, compuesta en Plantin.
Y esta es la entrada número 1.500 de Quintatinta. No imaginé que pudiera ser lo suficientemente pesado como para llegar a 1.500 quintatintazos. ¡Gracias por vuestra comprensión!
6 de julio de 2015
GUARDADO EN Revistas
Soy muy partidario de Buffalo Zine, cuyo tercer número sale a la calle estos días. La revista, editada por Adrián González y David Uzquiza, nació en 2011 con forma de periódico con trampas visuales, y se consolidó en 2013 encarnada en un fanzine siamés cuidado al milímetro para que pareciera milimétricamente descuidado.
Les resumo por qué me gusta la revista: cada número de Buffalo se cocina durante largo tiempo, y su atención al detalle y la sorpresa sobresale por encima de la media (y sobresale mucho).
El tercer número rompe con los dos anteriores, lo mismo que los dos anteriores rompían estéticamente entre sí: es un libro de cuentos infantiles. Tapa dura, tres portadas, y un contenido que aparece vestido a base de decenas de referencias gráficas de lo infantil y sus alrededores. Sé que el diseño referencial es ya una moda, y que echar la vista atrás para diseñar en plan moderniki corre el riesgo de convertirse en un cliché manido. Pero, claro, funciona si se hace bien.
Tres preguntas quintatinteras para Mr. González y Mr. Uzquiza:
— ¿Cuánto tiempo os ha llevado preparar y diseñar el “libro”? ¿Cuánta gente ha trabajado en él?
Como siempre, la dirección de arte y el diseño lo hacemos nosotros dos. Este número nos ha llevado un año. Empezamos en junio del año pasado y lo acabamos hace un mes. Para la gente es algo así como una eternidad, no llevan muy bien lo de tener que esperar meses para ver su trabajo publicado.
— Buffalo 1 era una revista dentro de un periódico, Buffalo 2 era un fanzine fotocopiado… ¿Por qué Buffalo 3 es un cuento?
Cada número tiene un tema y un enfoque diferente. Este número es un poco cursi porque va del universo estético de la infancia, tanto en forma como en contenido. Princesas, gatos, recetas para hacer pasteles, casas de muñecas y mantelitos con puntillas de ganchillo, ilustradores infantiles, abuelitas, Lewis Carroll… Así que lo suyo era darle forma de cuento infantil. Y la gente nos dice: «No es una revista, es un libro!»
— ¿Cuáles han sido vuestras referencias? ¿De dónde habéis sampleado la inspiración gráfica para las páginas de la revista/libro?
Cuentos infantiles de todas las épocas, de los que teníamos en casa, de amigos, de bibliotecas… Libros de cocina de los 70, enciclopedias de muebles y decoración, cajas de pasteles… Un buen remix.
Y unas páginas, para abrir boca…
29 de junio de 2015
GUARDADO EN La frase del lunes
Una cita de George Bernard Shaw, compuesta en la amable Quinta, primera familia lanzada por Branding With Type.
Gran frase y gran tipografía, aunque está mal que yo lo diga
27 de mayo de 2015
GUARDADO EN Diegocentrismo, Quintatinta
Digamos que los cierres atareados de las últimas dos semanas y un salto-del-charco a España por aquello de descansar han tenido y tienen este blog en estado de stand-by.
Volvemos pronto con cosas interesantes. ¡Gracias!
18 de mayo de 2015
GUARDADO EN La frase del lunes
Una cita de Ralph Caplan, compuesta en la nueva Rioja, de Andreu Balius (insigne tipógrafo).
11 de mayo de 2015
GUARDADO EN Periódicos, Rediseños
Lo que más me ha llamado la atención del nuevo diseño de El País es justamente lo que tiene de vuelta al pasado pre-rediseño-de-2007: las entradillas en negrita, la desaparición del friso en primera, el desorden orden de las secciones (¿Economía vuelve a estar detrás de Deportes?), la sección de opinión a tres páginas (con trampa: hay una nueva página inicial para abrir boca, un poco a la manera de El Mundo)…
Las entradillas venían a ser, junto con la Times New Roman, una de las principales características gráficas del diario desde su nacimiento en 1976. No sé hasta qué punto tiene sentido recuperarlas en un medio que dice ser «digital first» (y que, por eso mismo, desdeña un poco el papel). Me aventuro: diferencian bien las noticias del resto de los géneros periodísticos (obvio), dotan al diario de una identidad única y, en fin, sacian una evidente nostalgia de tiempos pretéritos.
En realidad, el nuevo El País es un viejo El País con retoques. No se buscaba la revolución, evidentemente. Sí se dan cambios de calado: la mencionada segunda página de opinión, la reorganización del ritmo de las secciones, el nuevo diseño de los suplementos o la desaparición de Domingo en beneficio de Ideas (que es un nombre más razonable para una sección en la web).
Detalles diseñiles: hay más colores en las secciones, nuevas columnas de opinión, cabeceras un poco más grandes… Majerit y Benton Sans pasan a ser las dos únicas tipografías generales, con algún detalle en Clarendon. Les diré que no soy demasiado partidario de Benton, y menos en los titulares de Deportes: le falta «gravitas», esa cualidad pedante que espero en un diario de referencia. Y no deja de sorprenderme la poca presencia de Clarendon, que podría jugar en El País el papel que ejerce Stymie en The New York Times (una tipografía con tremenda personalidad vinculada a la imagen de marca).
En cualquier caso, aceptando como buenos todo lo que ha cambiado en el diario (que ya es mucho aceptar), lamento constatar que el diseño de El País resulta antiguo, desprovisto de matices gráficos y, en definitiva, plano. Si cae en sus manos un ejemplar de The New York Times o The Guardian (que son dos referencias obvias), o quizá de The Times o Politiken, comprobarán ustedes el cuidado extremo y la elegancia con que esos diarios diseñan cada detalle mínimo en sus páginas. Es ese nivel de perfección al que debería aspirar El País… pero no se acerca: blancos sin jerarquía, titulares microscópicos o desproporcionados, puestas en página carentes de toda sofisticación. Y no tengo claro hasta qué punto es un problema de prioridades (desde hace años, El País ha prestado una atención mínima a su aspecto, todo hay que decirlo), de presupuesto, de falta de tiempo o de criterio.
[Y Mr. Javier Errea tiene también una opinión sobre el rediseño: «Yo llamaría a esta puesta a punto de El País ‘rediseño paradójico’ o ‘al retrovisor’: una marcha atrás visual».]
Más plano que eso no hay….!!!
11 de mayo de 2015
GUARDADO EN La frase del lunes
Una cita de Winston Churchill, compuesta en Majerit.
Majerit es la tipografía de El País desde 2007. El diario renueva su diseño a partir de hoy.
6 de mayo de 2015
GUARDADO EN Rediseños, Revistas
Como no hay dos sin tres, ni trío sin cuarteto, aquí va el cuarto rediseño de mi etapa en Condé Nast México: la edición mexicana de Vogue, construida a base de Domaine Sans y Domaine Display (de Klim Type Foundry) y de Giro, un revival setentero creado por Andreu Balius. ¡Qué les guste!
Gran trabajo, me encanta las tipos utilizadas. En vogue y los repors lo que más me gusta. Saludos.
4 de mayo de 2015
GUARDADO EN La frase del lunes
Aquí es un nuevo blog de diseño web – http://designmodo.es/. Están los artículos de Designmodo.com, popular sitio web.
4 de mayo de 2015
GUARDADO EN Periódicos, Revistas
Hubo un tiempo mítico, niños y niñas, en el que un suplemento (de papel, y de papel prensa) era lo más rompedor y moderniki que los universitarios españoles se podían llevar a casa. El suplemento se llamaba El País de las Tentaciones y nació en 1993. Su éxito loco como primera gran iniciativa de la prensa española destinada a un público juvenil no pudo eternizarse, pero dejó un algo así como «añoranza de aquellos tiempos mejores».
De esa nostalgia bebe un poco el nuevo Tentaciones, lanzado la semana pasada por El País como suplemento mensual de tendencias.
Como ocurre con todo lo que ha pasado al universo de la nostalgia, es probable que el recuerdo que tenemos de El País de las Tentaciones mejore muchísimo lo que El País de las Tentaciones era en realidad. Y es a ese recuerdo intachable de una revista transgresora, divertida y sorprendente al que hace referencia la nueva revista resucitada. La verdad, y por lo menos en cuanto al diseño de sus páginas, el nuevo Tentaciones está a la altura.
Hay, como saben, una fiebre de revistas independientes azotando el mundo editorial. Pequeñas publicaciones que suplen con imaginación y descaro su falta de medios. Se está teorizando últimamente sobre que el joven adicto al píxel empieza a ver el papel como algo moderno y duradero (quién nos lo iba a decir hace un par de años), y supongo que algo de eso hay.
Una de las corrientes de diseño de esas revistas alternativas pasa por el «new ugly», un aspecto falsamente a medio terminar y fanzinero que acumula en sus páginas referencias gráficas por doquier en una carrera por el «recorta y pega» muy de estos tiempos de memes, re-gram y Pinterest. No es algo sólo de las revistas independientes: gran parte del éxito de las portadas de Bloomberg Businessweek, el gran bombazo de diseño editorial de los últimos años, reside en su habilidad para reciclar ideas del pasado y presentarlas de nuevo, con sentido de la oportunidad.
Temino el rollo: el nuevo Tentaciones es el primer suplemento del que tengo noticia que, ajeno al acabado pulido y frío acostumbrado, apuesta por la estética de las revistas independientes. Su aspecto tiene algo de apuntes fotocopiados, de carpeta llena de recortes, de acumulación espontánea e irreflexiva: una alegría trash gráficamente contagiosa. Y, qué quieren, a mí me ha gustado.
Los créditos: me dicen que el origen gráfico de proyecto está en Setanta, glorioso estudio de diseño, y que el acabado está en manos de Adrián González-Cohen (director creativo) y Laura Abad, directora de arte.
He robado tomado unas páginas de Kiosko y Más. Para su regusto y contentamiento.
Tengo la colección prácticamente completa del antiguo y original El País de las Tentaciones. Quinientos y pico números. Faltan algunos sueltos, muy pocos. Ideal coleccionista. ¿Alguien interesado?
Pues que quieres que te diga, el trabajo que hace con la tipografía es manifiestamente mejorable, parece hecho por aprendices, deja mucho, muchísimo que desea en cuanto a diseño. Imagino que es cuestión de presupuesto, pero algunos detalles, como la elección tipográfica o el interlineado, no son cuestiones de presupuesto.
Y qué decir de la edición gráfica y del texto… Una pena
Pues que quieres que te diga, el trabajo que hace con la tipografía es manifiestamente mejorable, parece hecho por aprendices, deja mucho, muchísimo que desear en cuanto a diseño. Imagino que es cuestión de presupuesto, pero algunos detalles, como la elección tipográfica o el interlineado, no son cuestiones de presupuesto.
Y qué decir de la edición gráfica y del texto… Una pena
comentarios (1)
Felicitaciones. Ahora vamos por las 3000!!